lunes, 24 de agosto de 2009

Yo y mis circustancias ( y nuestras diferencias)

En las últimas entradas ha habido varios bloggeros que han preguntado sobre mi respuesta a las tres preguntas de psicópata que os propuse, y hasta el momento no lo había hecho. Pero para que algunos contestasen, me tocó prometer que las respondería cuando acabase, y de paso os explicaría un poco el por qué de tanta muerte. Pues veamos.

De entrada diré que, al igual que la mayoría de vosotros, no soy capaz de dar un respuesta directa sin la más mínima duda.

Pregunta nº1: Esta es, seguramente, la pregunta que más me cuesta responder. Pensado fríamente, no plantea ningún problema. El mal menor, es decir, el 90kg-man (término felizmente acuñado por DF) se va a la vía. El problema es imaginarme arrojando al tío por la ventana. He de decir que seguramente lo haría, pero no puedo asegurarlo al 100%.

Pregunta nº2: en esta pregunta, de entrada habría dicho que cortaría la cuerda. Mi amigo ya está condenado, así que es absurdo que yo vaya detrás. No obstante, algunas experiencias me aseguran que no sería capaz. No he llegado a vivir una situación como la de huelladeperro, en la que mi amigo dependía de mí. Pero sí que he puesto en peligro mi vida (y en la montaña, además) por gente que no significaba prácticamente nada para mí, que acababa de conocer, y por la que no tendría que haberlo hecho. Así que he de decir que, mal que me pese, no creo que fuese capaz. Hablaría con él largo y tendido, todo el tiempo que pudiese aguantar. Trataría de recordar buenos momentos, echar unas risas, y llegado el momento, se acabó lo que se daba.

Pregunta nº3
: Aquí la respuesta la tengo clara. No.

No soy capaz, sin embargo, de ver una diferencia entre la pregunta 1 y la 3. Huelladeperro propone que nos cuesta decidir en la primera porque nosotros vamos en el tren, e incoscientemente nos sentimos responsables de la muerte de los operarios. No estoy seguro de que sea así, aunque tiene sentido. Sin embargo, siendo médico, también debería intentar salvar cuantas más vidas mejor, y no me planteo extraer los órganos de alguien sano.

Precisamente por eso hice esta tanda de preguntas. Cuando, hace mucho tiempo (en un galaxia muy lejana) me dió por empezar un blog, planteé mi "problema" con la moral y el altruísmo(que como habréis podido comprobar, hoy por hoy no he conseguido recolver). Publiqué entradas sobre la bondad, los experimentos de Milgram (no apto para humanistas convencidos), el experimento de la prisión de Standford (otra del estilo), y sobre como se puede hacer sentir mal a unos pobres monos por comer unos apetitosos plátanos. Leyendo información para escribir estas entradas, encontré un estudio psicológico (que por cierto han eliminado de la página en la que lo leí) que planteaba preguntas de este estilo. Hace poco recordé más o menos cómo estaban formuladas, y traté de reproducirlas más o menos, al igual que el problema de "dos preguntas iguales con dos respuestas que en principio son diferentes". Y el resultado, pues lo tenéis a la vista.

He conseguido encontrar un artículo donde se plantean las preguntas originales, por si alguien quiere echarle un ojo.

A la vista de los exámenes que se acercan implacablemente, es probable que durante un tiempo el número de actualizaciones disminuya notablemente (aunque no garantizo nada, ya se sabe que cuando no se tiene tiempo es cuando más necesitamos perderlo...).
No obstante, gracias a todos por la enorme participación en el "proyecto trampa" ;)

domingo, 23 de agosto de 2009

La pregunta del millón

Bueno, pues se acabó la tanda de preguntas. Así que me toca confesar algo:

Lo cierto es que os he engañado un pelín en lo que al "objetivo" de estas preguntas se refiere.

El quid de la cuestión estaba en la primera y la tercera pregunta. La segunda, a parte de para despistar un pelín, sirve para demostrar (siempre desde una posición totalmente hipotética, así que demuestra más bien poco, pero bueno) que el instinto de supervivencia es capaz, cuando menos, de poner en jaque altruísmos y demás. Pero la verdad, me habéis salido más humanistas de lo que esperaba. Aquí nadie mata a nadie (a excepción de un par de nuevos psicópatas que me he alegrado de "descubrir", luego os llamo chicos ;) )

Pero a lo que íbamos (Buenas Noticias, aquí tienes tu explicación ;) )

A pesar de que muchos habéis argumentado que no tenéis capacidad de decisión en la primera y tercera pregunta, todos habéis coincidido en que la pregunta de los donantes era casi absurda. Sin embargo, con la primera no lo teníais tan claro. Incluso ha habido gente como Espérame en Siberia o John Oliver que han respondido que matarían al pasajero de más de 90kg, pero que obviamente no sacarían los órganos de la persona en la sala de espera. Bien.

Ahora la pregunta es...¿cuál es la diferencia entre ambas?¿Por qué la primera nos cuesta plantearla, y podemos dudar incluso durante un periodo relativamente largo, y en la tercera lo tenemos tan claro? Analizar ambas preguntas y ambos resultados...¿no son iguales?

sábado, 22 de agosto de 2009

Pregunta nº3

Aquí va la siguiente:

Eres médico en un hospital, trabajas en un turno de noche, y debido a un accidente de coche te llegan cinco pacientes malheridos. Dos de ellos necesitan un trasplante de riñón, otro de pulmón, otro de corazón, y otro de hígado. En la sala de espera hay un paciente que está esperando porque se ha roto un dedo. Los cinco recién llegados no aguantarían suficiente tiempo como para recibir un trasplante de un donante externo. ¿Mataríais al hombre que se encuentra en la sala de espera para poder trasplantar sus órganos a los pacientes del accidente?

(Sí, lo sé. Otra vez matando gente. Pero eh...¿quién más os permite hacer esto sin ir a la cárcel?)

jueves, 20 de agosto de 2009

Pregunta nº2

Esta vez voy a plantear una pregunta que se ha dado en algunas ocasiones. Como algunos sabréis, cuando se hace alpinismo o escalada se suele ir atado a un compañero, para que si uno de los dos resbala, no caiga directamente. El problema es que plantea situaciones peliagudas:

Te encuentras escalando una montaña con tu mejor amigo cuando una roca se desprende y tu amigo se precipita al vacío, arrastrándote a ti detrás. Antes de caer los dos, consigues agarrarte como buenamente puedes a una roca prácticamente al borde, pero tu amigo queda colgando de la cuerda. Eres el único que lleva un cuchillo encima. Puedes cortar la cuerda, pero conderías a tu amigo a una muerte segura. Si no, puedes mantenerte, pero no conseguirás subir su peso tal y como estáis colocados. ¿Cortas la cuerda?

De nuevo, seguramente sea imposible determinar la actuación de cada uno en esa situación, y tampoco lo pretendo. Sólo quiero saber qué haríais, hipotéticamente, si os ocurriese algo parecido.

sábado, 15 de agosto de 2009

Pregunta nº1

Visto el follón que se montó con la última entrada, se me ha ocurrido que podía utilziar el blog para plantearos una serie preguntas (no tienen nada que ver con el tema anteror), a ver qué sale. Me gustaría que me dieses una respuesta de sí o no, y si os veis capaces, también el por qué. Y sobre todo, me gustaría que si vais a contestar a las preguntas intentéis que lo que habéis respondido en una pregunta no afecte a las demás respuestas. De todos modos, algo me dice que no habrá mucha gente que responda, por lo que pueda pasar :P
Bien, allá vamos.

Viajas en un tren con otros pasajeros cuando de pronto los frenos del aparato fallan, y el maquinista os comunica que, por el rozamiento con las vías, el tren tardará unos tres kilómetros en parar. El problema es que la estación en la que terminaba el trayecto está a tan sólo un kilómetro, y un poco más allá se encuentran cinco operarios arreglando la vía. Si el tren no se frena, los operarios no tendrán opción de escapar y serán atropellados. Sin embargo, el conductor también os dice que si se arrojase a una persona de unos 90kg hacia delante, sería posible frenar el tren a tiempo. En el tren hay un pasajero que pesa más de 90kg, el resto tienen un peso inferior, por lo que para frenar el tren habría que arrojar a dos personas (presumiblemente con un sorteo). Bien, ¿arrojarías a la persona de más de 90kg a la vía?
Edito:
Como dicen en el primer cometario, sí, hay otras opciones. Pero dar con ellas y luego prepararlas llevaría demasiado tiempo, y los operarios morirían de todos modos. (Ea, que se me escaquean los lectores :P)
Edito2: como ha habido un par de malos entendidos, quiero que quede claro que EL TREN NO ESTÁ EN PELIGRO EN NINGÚN MOMENTO. Tú no mueres en ninguno de los casos, así que el insitnto de supervivencia no influye.

(Sé que los datos y el problema son un tanto irreales, pero lo interesante aquí es el hecho de salvar a cinco personas a costa de una o no hacerlo)

viernes, 14 de agosto de 2009

(In)determinados

Este post nace realmente de una conversación que tuve con mi padre. A partir de ella, y de darle vueltas, le comenté el tema a un amigo mío, y salieron aun más cosas. A ver qué me decís.

(Me vais a perdonar, pero de nuevo necesitamos suponer la "no existencia" de ninguna fuerza superior, Dios, o spaghetti gigante. Sólo nosotros)

Imaginemos una situación en la que alguien tiene que elegir entre A y B, y elige A. ¿Es cierto que el sujeto pudiese elegir entre A y B? Si alguien elige A es simplemente porque todo lo que ha vivido hasta ese día le ha llevado a ello. Es decir, cualquier persona idéntica a él (un doble) en su misma situación en el mismo momento habría elegido A, ya que el único factor que actúa sobre la elección es la experiencia. Por lo tanto, el individuo estaba "obligado" a elegir A, es falso que B fuese una opción real.

Yo, como embrión de físico, pensé en lo mío. Los pensamientos son, a fin de cuentas, corrientes en el cerebro. Es decir, electrones moviéndose (los electrones son "bolitas" con carga eléctrica negativa). Y por lo tanto, susceptibles del principio de indeterminación. (INCISO: para quién no lo sepa, el principio de indeterminación de Heisenberg dice algo así como que para partículas (cosas muy pequeñas) no podemos decir exactamente dónde están, sino la probabilidad de que la encontremos en un sitio. Vamos, que no puedes afirmar: el electrón está aquí. Es más bien: casi seguro que está por aquí). Esto se traduce en que no puede saberse "exactamente" por dónde va a ir cada electrón, y entonces la misma persona en el mismo momento podría decidir de forma diferente, dependiendo de por dónde le dé la gana correr al susodicho electrón. Claro, que la influencia que puede tener en una corriente cerebral un electrón más o menos...no sé yo (el principio de indeterminación hace las cosas un pelín más "borrosas", pero no lo vuelve todo caótico e inexacto).

Así que, suponiendo que este último párrafo no influye, me gustaría saber qué opináis al respecto. ¿Sómos libres? ¿O realmente es sólo una "ilusión"?Y...si es sólo una ilusión...¿Realmente importa?¿Queremos ser libres, o la ilusión de libertad?¿O importa una mierda?

(Espero que nadie me tire piedras por la calle después de esto...)

Edito:El intercambio de comentarios con Barbija me ha dado una idea, por si no queda claro del todo. La mejor manera de verlo:
Eliges A porque te apetece A.
¿Puedes elegir que te apetezca B?

jueves, 13 de agosto de 2009

A buen entendedor, patada en los cojones.

Esta mañana me siento generoso (y con razón, he dormido tres horas de más y no he estudiado ni una todavía) así que voy a revelaros una de las fuentes de sabiduría más infalibles que he encontrado a lo largo de toda una vida de búsqueda (eh, dejad de reíros.)

Bien, algunos ya conoceréis este increíble secreto. A otros se lo he comentado antes. Pero es algo de lo que no deberíamos cansarnos nunca, ya que puede ser decisivo en el momento crítico. No caigamos en el error de menospreciar semejante joya.

El asunto es el siguiente: imagino que a nadie se le ocurrirá negar la importancia de la sabiduría popular en todas sus formas. Todos hemos escuchado a algún anciano murmullar refranes (antes, debían de ponerlos en la parte de atrás de las cajas de cereales, porque si no no me lo explico).Y piensas...si la gente mayor sabe tantos refranes, será que los refranes ayudan a llegar a viejo (o no, pero más vale prevenir que curar (¿lo veis?¿lo veis?)). El problema es que para recordar tantas y tantas toneladas de sabiduría, necesitamos una buena memoria, y no siempre es el caso, así que pueden darse situaciones en las que no sabemos terminar uno. He aquí la solución.

El 99% de los refranes pueden acabarse con "patada en los cojones"

¿No me creéis? Pues os pongo unos ejemplos para demostrarlo:


- A caballo regalado, patada en los cojones (Una lección de historia. Ya sabemos cómo surgieron las carreras de caballos)

- Perro ladrador, patada en los cojones (Eso, dale ahí. Para que ladre por algo)

- Más vale pájaro en mano que patada en los cojones (Es muy importante desarrollar la capacidad de decisión desde pequeños)

- Mas vale maña que patada en los cojones (Y reafirmamos lo aprendido)

- A quién madruga, patada en los cojones (¿Pero a dónde vas a las 6 de la mañana, imbécil?¡Vuélvete a la cama!)

- En casa del herrero, patada en los cojones (¿Qué pasa? Todo el mundo tiene derecho a tener un mal día)

- Por Abril, patada en los cojones (Este me encanta. ¿Cuál es su significado? Doce meses son demasiados. Quitamos uno de los laborables, y listo)

- Cuando el grajo vuela bajo, patada en los cojones (Impulsando la curiosidad por la ciencia. Todo el mundo atento a ver cómo es un grajo para salir corriendo si le ven a menos de 10 metros del suelo. Y nació la ornitología)

- Cuando las barbas de tu vecino veas cortar, patada en los cojones (esta va por Barbija y todas las mujeres probarbas)

- Quién juega con fuego, patada en los cojones (¡Que te he dicho que no me gastes el puto mechero!)

Como veis, tenemos en nuestras manos una herramienta útil y definitiva, y hemos de aprovecharla.


Y así podríamos seguir durante eones. Os dejo una página para que sigáis filosofando, y si encontráis algo interesante, por favor, no dejéis de compartir la sabiduría con el resto.

lunes, 10 de agosto de 2009

Donde caben dos NO caben tres o los de Ikea no saben matemáticas

Calculo que a estas alturas, un 90% de la población española habrá visto/oído la campaña publicitaria de IKEA y su canción "Dónde caben dos caben tres". Bien, estudiar físicas te permite dos cosas:

a) Hablar de cosas frikis.
b) Saber cuando una campaña publicitaria de este estilo miente.

Vamos a utilizar un método matemático llamado "inducción", mezclado con un poco de sentido común, para demostrar que esto no es verdad. Pero que no se asuste nadie. De ciencias o de letras, la explicación es muy sencilla.

El método de inducción consiste en, para demostrar algo de forma general, demostrarlo primero para un caso concreto. Después, se supone que es cierto para el caso n (n es un número cualquiera) y se demuestra que se cumple el caso n+1. Así queda demostrado que se verifica para cualquier caso.

Esto puede parecer un poco complicado, pero veréis como con el ejemplo lo entendéis muy fácilmente.

1) Ikea nos dice donde caben dos, caben tres. Es decir, 2=3.

2) Ahora, para un caso general. Supongamos que se cumple para el caso n, donde como dije antes, n es cualquier número. Es decir, suponemos n-1=n . Ahora, queremos demostrar que n=n+1.

n= (n-1)+1

Hasta aquí, todo normal, ¿No?. Bien. Pues ahora utilizamos que n-1=n. Y entonces

n= (n-1)+1 = (aquí lo utilizamos) = n+1

Luego n=n+1

Con esto queda demostrado que n=n+1, según Ikea.

Es decir, 1=2=3=4=...=Todos los habitantes del planeta.

Y no sé vosotros, pero en mi casa no cabéis todos (tengo problemas hasta para esconder un par de cádaveres...). Imagináos darles de comer.

Esto tiene dos interpretaciones: o los de Ikea no saben de matemáticas (porque 1=2=3=... no sé, algo falla) o tienen casas muy grandes. Que también puede ser, ya que 1€=2€=....=varios millones. Si alguna vez tengo que comprar algo allí, creo que con 20 céntimos iré sobrado.

Independientemente de que sepan o no de matemáticas, no se puede negar que se lo han montado bien, porque...¿quién ha conseguido librarse la maldita canción?

Llovía.

Esa tarde llovía un poco más lento que de costumbre, pero daba la impresión de que era precisamente la lluvia la que ralentizaba el tiempo, como si todo fuese ligeramente más despacio bajo aquellas gotas. O tal vez fuese la apatía que había enraizado profundamente en sus poros y parecía haber decidido quedarse allí para siempre. Exhaló el humo del cigarro haciendo un gran esfuerzo, sintiendo que respirar era simplemente un capricho. El teléfono sonó por enésima vez, y de nuevo decidió ignorarlo. Sintió algo moverse a su lado en la cama, pero al girarse, recordó que allí no había nadie. Y apagó el cigarro, y volvió a dormirse.

sábado, 8 de agosto de 2009

Buena embaucadora.

Aquella noche la luna salió conspiradora,
con las ideas traviesas tras la cara oculta.
Y como buena mujer, buena embaucadora,
supo perderme donde debía.

Me prestó su sombra para cobijarme,
y al amparo del ron,
y la niebla de los bares,
vi tu verde entre blancos y negros.

Como buena mujer, buena embaucadora,
me ganaste con trampas sutilmente descaradas.
Y me dejé hacer cosquillas, queriendo,
en una costilla flotante que flotaba un poco de más.

Te diré que te delató la luna con su media sonrisa,
pero me dió igual.
Porque entre tan tierna piel de hada
nunca se hace demasiado tarde.

viernes, 7 de agosto de 2009

Figuras geométricas.

El miedo de no poder dibujar un círculo perfecto
debería afectarnos a todos por igual.
Estoy seguro de que así,
la insoportable levedad del ser sería más llevadera.

Pero, como el corazón,
ninguno latimos razonablemente.
Y las corrientes empujan más a alguno que otro,
y el resto tan autocuadriculados.

Qué quieres que te diga.
Me imagino que no puedo culparte
de que a estas alturas,
todavía haya tanto tonto tan lejos del tanatorio.

jueves, 6 de agosto de 2009

En la trinchera.

Piensa si tendrás a dónde ir
cuando derriben el arco iris.
Cuando apaguen las luces
y se espinen los caminos.
Cuando se tapien las salidas.
Si estarás solo en una trinchera,
o en una jaula con tu nombre.

Esta guerra será larga.
Quédate llorando en el maldito rincón de cada noche si quieres.
Pero mientras, déjame afilar el cuchillo.
Al menos a mí no me cogerán vivo.


(Si váis a escuchar el vídeo, poned los altavoces a un volumen más que considerable. Si no, no merece la pena.)

martes, 4 de agosto de 2009

Verdades como puños (en tu cara)


Hoy he salido a correr como parte de mi sesión "matar gente te lleva a la cárcel si no tienes un horno muy grande donde quemar cadáveres", y he liberado casi toda la tensión de la que necesitaba librarme. Casi.

Así que he llegado aquí, me he puesto a hacer bloggozapping y me he encontrado con un par de blogs que han hecho que vea clarísimo como terminar de liberar tensiones hoy.

Porque, la verdad, estoy harto de las "niñas Amelie". Ojo, con "niñas Amelie" no me refiero únicamente a especímenes de sexo femenino, sino a un individuo/a que llena su vida de "Sin ti, las emociones de hoy no serían más que la piel muerta de las emociones pasadas" o que saben "disfrutar de las pequeñas cosas", y van con un puñado de lentejas en el bolsillo para poder meter la mano siempre. He llegado a encontrar gente con fotos con una cuchara, imitándo la escena de la película.

Bien, diré que no tengo nada en contra de la gente que ES como Amelie. Conozco algunas personas que son así, y punto. Les sale sin pensar, no aparentan nada. De hecho, me parece una auténtica suerte poder sentir de semejante manera.

Sin embargo, hay otras personas que llenan su vida de estrellitas, flores, dedales, se hacen fotos con fresas en los dedos, y demás ameliadas, ponen las frases anteriormente citadas hasta en el papel higiénico, y por supuesto, lo más emocionante que han vivido es haber plantado un garbanzo en un yogur. En la guardería.

¿Por qué la gente tiende a pensar "lo bueno mola" y "lo malo no mola nada", "El bien es mejor que el mal", "la inocencia y la honestidad son mejores que la mentira", y semejantes estupideces? ¿Acaso no tienen exactamente el mismo valor? Hace poco leí Demian, de Hermann Hesse, y planteaba el mismo problema. De hecho hablaba del rechazo hacia lo "sucio", hacia ese mundo oscuro que tanto nos llama pero que evitamos a toda costa. dios es el bueno, y Satán el malo. Pero lo bueno necesita a lo malo para ser "lo bueno". Hesse hablaba de un Dios, llamado Abraxas, que reúne ambas condiciones, en el que se adora tanto la parte "luminosa" como la "oscura".

No consigo entender como existe gente capaz de simular una vida sin odio, sin impulsos, sin pulsiones o sin malicia, sin ningún tipo de envidia o tristezas. Y tan orgullosamente.

Qué queréis que os diga. Creo que sin mis cambios de humor, sin mis odios o mis momentos oscuros, no podría disfrutar de lo límpido y tranquilo, de lo bueno. Y además, me perdería la mitad de la vida. O incluso más.

¿Quieres disfrutar de los pequeños detalles? Ven, que tengo un saco de perdigones enterito para ti.

Parte médico.

Explícame estas escarpias.
Estos temblores.
Cada punzada.
Cada bombeo.
Tanta mariposa.
Tanto vacío.
Estos gritos,
tan al fondo.
Desentráñame las entrañas.
Cuéntame los dolores.
Y por qué me arrastran las corrientes.
Y de dónde sale semejante locura.
Y el desgarro de intenciones.
Y aquel suspiro en Mi menor.
Y el arañazo en el hombro.
Y el arañazo en el corazón.

Justifícame estas constantes vitales.
Y recuérdame que no es lo mismo no morir,
que seguir viviendo.