Bueno, como algunos sabréis (y otros no), empieza mi temporada de examenes en ya. Es decir, que esto va a quedarse muy parado. Y después de la época de "actualizo día sí y día también con cualquier tontería que se me ocurriese", pues me da un poco de pena.
Así que me he puesto a pensar en cómo mantener el blog con un mínimo de movimiento y se me ha ocurrido una genial idea: vais a trabajar vosotros por mí (a ver que os habéis creído. Esto...es...Españaaaaaaaaa!(Gracias Leónidas)).
Os propongo algo: escribir un relato entre todos. Cuando acabe de explicar el asunto pondré una introducción, y el primer bloggero que deje un comentario pidiendo escribir la continuación, escribirá el siguiente fragmento. Por poner un límite...unas 300 palabras máximo (así hace juego con el grito anterior). El susodicho bloggero tendrá unos 3-5 días (también como máximo claro, si quiere mandarlo a la hora, genial) para mandarme la siguiente parte, la subiré, y la historia será continuada por quién quiera. No hay ningún hilo prefijado, así que podéis intentar llevar la historia por dónde querais...si os da tiempo en el límite de palabras. No podrá terminarse la historia hasta que se diga lo contrario.
Para evitar problemas, se me ocurre que podría hacer una lista con los participantes (puede incorporarse quien quiera cuando quiera, claro), de modo que no pueda escribir dos veces la misma persona hasta que haya dado una vuelta completa a la lista (o casi completa en el caso de alguna ausencia). Además, así os paso mi correo a los que no os tenga para que me mandéis el texto.
Así que de momento, y si os gusta la idea, por favor dejadme un comentario diciendo que vais a participar. Se aceptan sugerencias de todo tipo, y si conoceis a alguien que se quiera apuntar, bienvenido sea.
Por cierto, el que suscribe se permite la licencia de continuar la historia en algún momento, y no se admitiran quejas bajo pena de muerte. He dicho.
Os dejo el principio de la historia, a ver si os motiva (no le pondré título de momento, también se agradecen ideas).
Cuando Gabriel salió a la calle, apuró su cigarro y lo dejó caer en un charco. Llevaba todo el maldito día lloviendo. Y el anterior. Y el anterior. A decir verdad, no recordaba qué día había empezado a llover. "Qué asco de tiempo". En cuestión de diez segundos, su gabardina estaba completamente empapada, y empezó a plantearse seriamente ir a algún lado. ¿Pero a dónde?. Miro a ambos lado del insulso callejón donde se encontraba. Nada. Un par de cubos de basura a un lado, y el casi imperceptible vapor de las alcantarillas. Muy típico. Se encogió de hombros ligeramente, y se dirigió hacia la salida. Una de esas calles tan concurridas a esas horas, con un montón de gente con traje y maletín que se movían de un lado para otro vete tú a saber para qué.
Sin embargo, nada más llegar a la altura de la carretera, Gabriel tuvo que cambiar de planes (o hacer unos) en cuestión de segundos. Un coche que no había visto frenó justo delante de él, salpicando lo suficiente como para que instantaneamente pensase en los familiares del conductor. Pero cuando reconoció la limusina negra que acababa de parar, pronto su cabeza dejó de barajar insultos para preocuparse de asuntos menos mundanos.
"Mierda".
Advertencia: ortografía no significa "escribir como el culo" o "escribir con el culo", a pesar de lo que pueda parecer. Todos cometemos errores, nos comemos tildes (yo el primero) o se nos pasa alguna tontería, pero no se aceptarán textos en mayúscula, sin puntuar, o con abreviaturas. Lo siento, pero les tengo aprecio a mis ojos (es lo que tiene que me guste ver), y no me apetece que se me caigan.
Historia, familia y lucha obrera
Hace 6 años