Que no se apague el cigarro,
que donde hay patrón no manda nadie.
No te olvides las palabras,
que de algo hay que comer.
No me preguntes por verdades,
que yo no sé ninguna.
Sólo dibújame con humo,
y trepa por mi escala de grises,
que allí arriba no hay sombra,
sólo mares.
Y por lo que más quieras,
que no se me duerman los laureles.
Si ves que hace falta,
despiértame a patadas.
Historia, familia y lucha obrera
Hace 6 años