miércoles, 1 de septiembre de 2010

Rara avis

Mira qué criatura tan extraña, qué rara avis.
Mira qué manera de perderse en un camino recto.
Qué afan por matarse con cada tic. Con cada tac.
Observa como entra en esa jaula y la cierra por fuera.
Cómo arremete contra las olas sin ningún propósito.
Qué enfado con un destino inexistente y unos dioses paganos.
Qué horror por lo conocido, qué terror por lo conocer.
Mira cómo sangra hacia dentro y tiembla hacia fuera.
Qué interés por ser diferente a sus diferentes.
Qué desperdicio de libertad, qué pérdida de fuerza.
Qué manera de encadenarse con aire.
Cuánto odio porque sí, cuánto amor porque no.
Qué lágrimas tan mal lloradas.

Mírame, más de cerca.
Que nunca me vi tanto
ni me sentí tan poco.

7 comentarios:

  1. No me ha gustado nada que me haya gustado.
    Mañana te veo tempranito.
    *


    pd: Una errata :$

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  2. Me gusta que te haya gustado (aunque no te guste).

    :p

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  3. Tiras a dar. Y das en el centro.
    Pero no es tan difícil perderse en un camino recto. Mientras más recto sea, más te empeñas en verlo empinado.

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  4. El problema duende, es que no hay camino. Ni uno sólo.

    Bienvenida ;)

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  5. Brrr!! escalofríos me da...

    ¡qué pena damos!

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  6. Paradójico, o no tanto, que en tu descripción de la rara avis podamos todos sentirnos reconocidos. A veces con más distancia, a veces con más lejanía. Todo dependerá del grado de sinceridad proyectado sobre nosotros mismos, o del momento que atravesemos, que nos hará tener más o menos presentes estas impresiones, siempre alguna vez sentidas.

    Un saludo

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  7. Huella, ya te estaba echando de menos por aquí ;)
    Qué le vamos a hacer, empiezo a pensar que simplemente "es la naturaleza humana", no sé si es posible cambiarlo o lo será en algún momento. Hoy día lo veo complicado.

    Antígona, bienvenida de nuevo. La verdad es que llevas toda la razón del mundo, nadie es tan diferente. Bien mirado, hasta puede ser un consuelo si se juegan bien las cartas :p

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