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jueves, 14 de mayo de 2009

Invita él

Y bien...¿quién quiere salir a tomar algo con un mago?




El susodicho es Lance Burton, uno de los grandes de la manipulación o "sleight of hand", en términos del gremio. Un ilusionista"clásico", de los que hace aparecer/desaparecer cosas por doquier. Y nombrado dos veces "Mago del año".




Y además, cuando se pone gracioso, hay que reconocer que gracia tiene (por favor, si decidís ver este vídeo, no os perdáis el diálogo. Una genialidad).

viernes, 6 de marzo de 2009

No hay nada más obnubilante que la verdad

Desde pequeño, siempre me ha gustado la magia. La impotencia de no saber "dónde está el truco" mezclada con la ilusión de no poder explicarlo me produce un torrente de sensaciones fascinante. Sin embargo, nunca he sido fan de los grandes montajes. Cuando alguien se entera de que hago algunos trucos, suele preguntarme: ¿Te gusta David Copperfield?. No le negaré mérito, pero nunca le admiré. En un escenario tan grande, con tantos artilugios extraños, era fácil suponer que había trampa en algún lado. Incluso adivinarla.

Cuando empecé a practicar algo más seriamente, también empecé a descubrir otros magos menos "espectaculares" a los ojos del gran público. Conoces a la gente que creó los movimientos que utilizas, o las rutinas. Y así le descubrí a ÉL. Hasta entonces no tenía un "mago predilecto". Me gustaban muchos, pero sin llegar al entusiasmo. Y apareció René Lavand.

René Lavand nació el 24 de Septiembre de 1928 en Buenos Aires, y empezó a especializarse en cartomagia (magia con cartas) desde muy joven. Sin embargo, no empezó a trabajar como mago hasta los treinta y dos años, dejando su antiguo empleo de banquero. Aún hoy, con sus ochenta años, sigue realizando trucos de magia.

Una de las mayores decepciones que me he llevado ha sido no poder entrar a su actuación en Salamanca por estar lleno el local. Desde entonces, he querido dedicarle una entrada, pero no me he atrevido hasta ahora. Para mí representa la magia en estado puro, la ilusión, el camino a seguir. Un truco de magia debería ser así, y no de ninguna otra manera. Como ya dije en otra entrada, un truco es todo presentación, los movimientos son lo menos importante. Hay que absorber a la gente, captar toda su atención, lograr que olviden el resto del mundo. René Lavand consigue exactamente eso. Sus historias, su utilización de los silencios, su deje argentino, sus movimientos, absolutamente todo en sus trucos es perfecto. Hasta ha conseguido ese toque personal que identifica a los genios, haciendo características sus frases "no hay nada más obnubilante que la verdad", o "no se puede hacer más lento". Llegado el punto en el que te emocionas viendo un juego aun sabiendo el truco, entiendes perfectamente la diferencia entre mago del montón y un artista.

Pero además hay un detalle sin mucha importancia que lo hace, si cabe, más impresionante aun. René Lavand perdió el brazo derecho a los nueve años en un accidente. Su mérito no es sólo el hecho de ser capaz de manejar la baraja como nadie con una única mano (os aseguro que es mucho más complicado de lo que podais imaginar), sino que todos los trucos están pensados para magos con dos manos. Sus juegos son suyos, los inventó él, y fue capaz de llevarlos a la perfección de una manera que ya quisieran para sí muchos de los ilusionistas con dos brazos.

Seguramente no le hice una entrada antes por no encontrar ningún védeo que a mi juicio le hiciese justicia. Todo lo que encontraba tenía mala calidad, se escuchaba mal, o ambas cosas. Pero esta noche, buscando en internet, he encontrado un video que creo que expresa a la perfección lo que debería ser la magia.

Espero que disfrutéis con él tanto como yo.

Damas y caballeros, René Lavand.



La imagen invertida para simular la mano derecha, y el anillo sólo cuando utiliza la izquierda...Lo dicho, simplemente genial.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Un poco de arte

Tengo el blog algo abandonado con el ajetreo del traslado de ciudad, buscar piso y demás, pero he encontrado esto y no he podido resistirme.

Soy aficionado a la magia y la mímica , pero no creo que me guste el video por eso. Suelen decir, sin embargo, que para que un truco sea impresionante sólo se requiere un 30% de manipulación propiamente dicha, el resto es presentación. Tanto es así, que algunos trucos, no excesivamente complicados (como es este caso), con una buena presentación pueden llegar a convertirse en algo que roza la palabra arte.

Damas y caballeros, Jerome Murat. Ya me dirán que les parece.